SEN.HECTOR YUNES LANDA (19-09-12)

19 de septiembre de 2012
INTERVENCIÓN DEL SEN.HECTOR YUNES LANDA.

A México le urge un crecimiento vigoroso y le urge que el crecimiento sea incluyente. Le urgen, sobre todo, políticas públicas socialmente responsables. 

 


En los últimos años no sólo hemos descuidado la estrategia prioritaria de producir lo que comemos. Hemos hecho algo peor: hemos abierto las fronteras para que productos de importación resten fuerza a la producción nacional y hemos facilitado no la competencia, sino el desmantelamiento de la producción agroindustrial de México.


Tenemos al menos 3 ejemplos que soportan nuestro dicho: la agroindustria azucarera, la procesadora de semillas y frutos oleaginosos Y la industria acuicola.


México no consume todo el endulzante que produce: el consumo nacional es de solo 4.1 millones de toneladas.


Para la cosecha 2011/2012 la SAGARPA estimó una producción de azúcar de 5.04 millones de toneladas y para la cosecha 2012/2013 de 5.3 millones de toneladas.


Pese a ello, la Secretaría de Economía sigue autorizando cupos de importacion de azucar siendo la mas reciente autorizaciòn la publicada en mayo del presente año por 250 mil toneladas.
Por otra parte, la industria procesadora de semillas y frutos oleaginosos enfrenta también una grave situación a raíz de la inexplicable e incomprensible medida tomada por el Ejecutivo Federal al publicar hace apenas 14 dias en el Diario Oficial de la Federación, el decreto por el que elimina los aranceles de importación a los aceites comestibles, en detrimento de las empresas fabricantes de aceites y mantecas comestibles y beneficiando directamente con ello a Brasil y Argentina, países que por cierto recientemente cancelaron sus relaciones comerciales con México en materia automotriz.


Un tercer ejemplo es la industria acuicola mexicana. Un sector que contribuye con el 63% a la producción pecuaria, fue, como ustedes recordaran, victima de un brote de gripe aviar que afectó a los productores nacionales, en especial a los de Jalisco.


Los efectos en el bolsillo y alimentación de los mexicanos no se hicieron esperar. Hoy su precio lo hace inalcanzable para las familias más desprotegidas