Intervención del senador Omar Fayad Meneses, presidente de la Comisión de Seguridad Pública, durante la inauguración de la Novena Reunión Nacional de Trabajo con Instancias de Prevención del Delito, celebrada en el Auditorio “Octavio Paz”, del Senado de la República, el miércoles 21 de noviembre de 2012.
Muchas gracias. Buenos días tengan todas y todos ustedes, queridos amigos, que nos acompañan de los estados de la República Mexicana, que han venido a esta importante Reunión Nacional de Trabajo con las Instancias de Prevención del Delito.
Esta es su casa, sean todos bienvenidos al Senado de la República.
Quiero agradecer la presencia de Oscar Vega Marín, Secretario Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública; del maestro Enrique Betancourt Gaona, titular del Centro Nacional de Prevención del Delito y Participación Ciudadana; de Nicolás Ramírez Gómez, Secretario Ejecutivo del Consejo Estatal de Seguridad Pública de Hidalgo; de Aarón Kirsch, Secretario Ejecutivo del Sistema Estatal de Seguridad Pública en el Estado de México; y de Elsa Alejandra Jiménez Larios, Directora General Adjunta de Prevención del Delito y Derechos Humanos.
Hace algunos días tuve la oportunidad de platicar con el licenciado Vega Marín, y habíamos vislumbrado la posibilidad de reunir al Sistema Nacional de Seguridad Pública con la Comisión de Seguridad Pública del Senado de la República, pero en ese inter nos hicieron ver que en estos días había una importante reunión –porque era una reunión nacional y además parecía ser la última reunión nacional de trabajo con instancias de prevención del delito--, y me hicieron la solicitud que si pudiéramos hacer la reunión en el Senado.
Un poco complejo, porque normalmente una reunión de esta naturaleza es más fácil que se haga en las instalaciones del Ejecutivo, en un hotel, y para ustedes hasta hubiera sido en una playa.
Normalmente el Senado no hace estas reuniones aquí en las instalaciones del Senado de la República. Lo sometí a la consideración de la Comisión de Seguridad Pública, quien lo aprobó; lo solicitamos a la Junta de Coordinación Política y lo aprobó.
Fue muy fácil, porque hay una conciencia en que el tema de la prevención del delito debe ser el tema de este país en los próximos años. Fue muy sencillo, no creí que me fuera a ser tan fácil decir que iba a proponer una reunión de una instancia que depende del Ejecutivo, en el Legislativo y en la Cámara de Senadores, porque hay una gran sensibilidad respecto del tema que más aqueja a México y a los mexicanos, y que nos tiene especialmente preocupados a todos, porque más allá de los dimes y diretes políticos –que después aprecian en los medios de comunicación--, más allá de lo que nos decimos o debatimos en este Congreso, más allá de las apreciaciones personales, hay un sentimiento general frente a un grave problema del país.
A la ciudadanía no le importan los colores partidistas, ni el partido político; ni quiere saber de división política, ni si es competencia del fuero federal o del fuero común. La ciudadanía quiere resultados.
Es más, gran parte de la ciudadanía afectada por este fenómeno de la delincuencia, no tiene los grados de escolaridad suficientes para entender que hay una división política y que hay distintos fueros.
Resulta muy difícil ir a explicarle a un indígena de Michoacán con un argumento técnico, que no se atendió un asunto porque dice el gobierno local que era del fuero federal y el fuero federal dice que era del fuero local.
Al ciudadano eso no le importa, quiere resultados, y por eso a nosotros se nos hace muy importante que empiece un nuevo esquema de interacción y colaboración, en el que el Legislativo estará muy cerca del Ejecutivo, no sólo para criticar y denostar, en lo que la gente dice que nos hemos vuelto especialistas, sino para sumar, apoyar, promover y plantear soluciones, que es lo que la gente espera.
La Comisión de Seguridad Pública –debo decirlo—ha funcionado de una manera muy institucional. Cuando nos ven sesionar pareciera ser que todos pertenecemos a un partido político, pero somos de todos los partidos políticos en la Comisión, que está integrada por senadores talentosos, capaces y con experiencia.
Lo decía mi compañero senador Teófilo Torres Corzo, quien me antecedió en el uso de la palabra, cuando hizo la pregunta de “qué sabía del tema”, ya le iba a decir que “no se azotara”, porque si fue gobernador de su estado, claro que conoce el tema y la magnitud.
En esta comisión hay tres ex gobernadores, un ex jefe de gobierno del Distrito Federal, un ex Secretario de la Contraloría Federal, dos ex Secretarios de Gobierno, hay ex diputados federales.
La gente que compone esta Comisión de Seguridad Pública, conoce el tema y profundamente. Esto va a abonar mucho las acciones que vamos a realizar.
Estamos convencidos –y se los voy a decir con toda claridad—que desgraciadamente en el mundo actual lo que se dice bueno no es noticia; noticia es cuando se da la nota discordante.
Cuando yo hago una crítica acre en el fallo de la seguridad pública en este país en los últimos seis o 12 años, eso es nota, pero cuando he resaltado acciones importantes del Gobierno Mexicano en materia de seguridad pública, que las hay –lo he dicho siempre, no me imagino un Presidente de la República que se levante en el día a ver cómo hace mal algo, no es así la vida—, porque el Presidente de la República tiene la mejor intención de hacer las cosas y hacerlas bien. Me imagino que los Secretarios de Estado, también.
Debemos hacer un esfuerzo por reconocer en este fin de administración las cosas buenas que se han hecho, porque las hay y además son útiles.
Esto no es un doble discurso, porque sigo sosteniendo, sé exactamente que falló la estrategia del actual Gobierno de la República, en la lucha contra el crimen organizado y el narcotráfico, y lo digo públicamente.
Y ha sido muy sencillo, han fallado dos cosas fundamentales, una tiene que ver con la prevención, que es un tema toral y fundamental. Y la otra es la coordinación. Además, lo he demostrado públicamente.
No hay doble discurso, porque –se los digo con toda propiedad—ha habido aquí quien me señala “oiga, a veces le escuchamos que dice que la Secretaría o el Sistema de Seguridad Pública ha hecho bien su trabajo, como que se contrapone con sus posturas respecto a que el gobierno ha fallado en su estrategia”.
Se los vuelvo a decir a ustedes, creo que el Sistema de Seguridad Pública ha hecho su trabajo y bien. Pienso que la Secretaría Federal de Seguridad Pública ha hecho su trabajo y bien. El Ejército igual y la Marina también, hasta la PGR, aunque algunos digan que es un exceso.
Lo que faltó es la cabeza que dirija todo eso, ese es el problema. ¿Y qué creen? Este gobierno ha estado en esa disyuntiva, porque el Sistema Nacional de Seguridad Pública es mi mejor prueba, se los puedo demostrar; primero, que está equivocada la estrategia y por qué el gobierno dio luces de que las cosas iban por otro lado.
Se los voy a plantear a los titulares de prevención del delito de todo el país y al Sistema Nacional de Seguridad Pública, de la manera más sencilla.
¿Qué hace el Sistema Nacional de Seguridad Pública en Gobernación? ¿Qué creen que haga? Ese va a ser el debate, porque estamos a punto de aprobar una reforma en donde le estamos dando todas las facultades en materia de seguridad a la Secretaría de Gobernación; o sea, vamos a ir con la tesis que tuvo un pie de avanzada en la presente administración, de que las cosas no iban a marchar por donde iban y por eso la actual administración manda al Sistema Nacional de Seguridad Pública a Gobernación.
¿Saben por qué? Porque se requería una cabeza, que no se da si Seguridad Pública trabaja independientemente de la Secretaría de Gobernación; no se da, no hay forma.
No me imagino un Secretario de Estado diciéndole a un Secretario de la Defensa Nacional “mira, vas a hacer esto y a cumplir estas instrucciones”. ¿Saben qué le contesta el Secretario de la Defensa? “No, yo sólo tengo un jefe, y es el Presidente de la República”. ¿Y ustedes creen que el Presidente de la República tiene tiempo, después de los 20 mil asuntos que ve? Que si el combate a la pobreza, el desarrollo social, si la salud, si los desastres, que si la política internacional.
No puede ser el Presidente de la República la cabeza. Tiene que tener una cabeza de la estrategia, y como que hubo una intentona en esta administración mandando el Sistema para Gobernación, como para darle al Secretario de Gobernación armas para convertirse en cabeza de estrategia. Y como siempre, en la administración, si quieres una buena arma, es el dinero.
Para que hagan caso y para que se coordinen –no hablo sólo de la coordinación de dependencias federales, la coordinación con entidades federativas y con municipios— les puso el dinero la Secretaría de Gobernación.
Desgraciadamente hoy vemos disminuida, como está actualmente la Secretaría de Gobernación. En estos 12 años le han ido quitando cosas y lo único que le registraron fue el Sistema, ahí nació. Le han ido quitando cosas, al pobre Secretario de Gobernación lo han dejado prácticamente de vocero del Gobierno Federal; ya no vemos esa figura de jefe de gabinete, que hoy se requiere para que pueda convocar a reuniones de gabinete y lo pelen y le hagan caso.
Ese va a ser el secreto de una nueva estrategia. Tampoco es ciencia pura, es fácil de entender. En una estrategia donde no se obedece a una cabeza, las partes que hacen bien su chamba –y lo acabo de reconocer públicamente—a la hora que trabajan lo hacen desarticuladamente, y equivale a lo mismo que ustedes pongan a la Sinfónica Nacional sin Director, para que empiecen a tocar lo que se les dé la gana, a la hora que les dé la gana, en vez de que haya una sinfonía armónica, lo único que van a tener es un fiasco.
Estamos convencidos que eso es parte fundamental del secreto para resolver algunos de los problemas de la seguridad. Y además se los digo anteponiéndoles el ejemplo que he puesto, porque algunos de ustedes serán escépticos a estos comentarios, a quienes les invito a platicar, porque además quiero decirles que se los pongo con casos prácticos.
Les voy a poner dos casos para que los analicen. El primero, el caso de Heriberto Lazcano Lazcano, el delincuente más buscado. ¿Ustedes creen que hizo bien su chamba la Marina? Sí. Puso un retén, labor presencial de la autoridad en donde se cree que hay problemas de seguridad, está bien hecha la chamba.
Ponen un retén donde creen que hay problemas, está bien hecha la chamba, están tratando de prevenir, de disuadir, y en ese retén les caen dos individuos con armas de algo poder, se arma la trifulca, la Marina repele y los mata. Hasta ahí iba muy bien su chamba, ¿no?
La Marina toma los cuerpos y se los entrega a la Procuraduría del estado de Coahuila. Ahí anoto el primer asunto. La Procuraduría de Coahuila se los lleva, les hace un protocolo de identificación, les toma fotos y una muestra de sangre; y siguiendo esos protocolos, la Procuraduría de Coahuila los manda a una funeraria.
Entonces, cuando mandan la primera huella al Sistema de la Plataforma México, les regresa la información que ese que agarró la Marina, que se lo entregó a Coahuila y que ya está en la funeraria, es el “lazca”, el criminal que más busca el Gobierno Mexicanos.
La Procuraduría de Coahuila le avisa a la Marina, quien va a tratar de buscar el cuerpo a la funeraria y se encuentran con la sorpresa que ya llegó un comando de 25 camionetas a llevarse no sólo al cuerpo, la caja, al dueño de la funeraria, la carroza y con todo lo que encontraron a su paso.
Ese caso, así como lo pongo de fácil, demuestra la falla en la estrategia de este país, así de sencillo. La estrategia falló. ¿Por qué falla? Porque incumplen la ley. En la estrategia no está coordinarse la Marina con la PGR y mandarle el cuerpo, siguiendo la ley –está en la ley, no lo estoy inventando, ni tampoco un protocolo del Ejecutivo— que señala que los delitos federales son conocimiento de la Procuraduría de la República. ¿Cierto o falso? Pero la Marina se los mandó a la Procuraduría de Coahuila. ¿Saben por qué? Porque no se coordinó con la PGR, no tienen coordinación.
Hacen bien su chamba, pero no tienen coordinación. La PGR ni siquiera conoció el asunto, no se enteraron. Hay todo un protocolo que está en la ley, que muchos de ustedes lo conocen perfectamente bien: los cuerpos debieron haber sido entregados a la Procuraduría General de la República, debió haber iniciado una averiguación previa que arrojara el protocolo de necropsia, la identificación de los cuerpos, mandar las huellas a la plataforma México, hacer las pruebas de ADN. Revisar las armas, había un lanzagranadas, que se lo mandan al fuero común. No entiendo.
¿Por qué pasa eso? Porque no hay nadie que pegue en la mesa y que diga “a ver, por qué le mandaron el cuerpo a la Procuraduría de Coahuila, si es un delito federal.” “Es que no tenemos Ministerio Público Federal en Progreso, Coahuila”. Oiga, tienen aviones, tienen transportes, ahí sí coordínense con el Ejército; Marina, entrégaselo al Ejército o a la Secretaría de Seguridad Pública”. La Secretaría de Seguridad Pública ni conoció del asunto, Gobernación menos.
Nadie conoció del asunto. ¿Dónde está la falla de todo esto? En que no hay cabeza, que si existiera y hubiera puesto un hasta aquí en cada asunto que manejaron en esta administración, verían que distinto sería el asunto, porque tendrían que seguir al pie de la letra el respeto a la ley y a los protocolos de colaboración entre instituciones que deben trabajar juntas.
Si el caso del “lazca” no les es suficiente, vean qué belleza el caso del automóvil con dos agentes del extranjero, norteamericanos, con un marino, balaceados en la Marquesa, es precioso. Y hoy tienen a dos instituciones echándose la pelota, y además a uno que balacearon es de la tercera institución que debe estar en este marco involucrada.
Ustedes valoren si lo que falta es una coordinación de instituciones federales, una coordinación con los estados y los municipios, y que todos respondan igual, porque también aquí hay una responsabilidad de municipios y de estados que debe cumplirse.
Y después una coordinación entre Poderes. No se vale estar diciendo “es que los jueces ya me dejaron salir al detenido, que no está consignado”. No, tiene que haber una coordinación de Poderes, de instituciones y de órdenes de gobierno. Eso es lo más importante.
¿Con qué tema el reactivo? No. Siempre fui enemigo de la estrategia de decir “vamos a hacer una guerra contra el narcotráfico”. Desde ahí falló la estrategia.
¿Qué te dice guerra? ¿Que todo se vale?. No, aquí no todo se vale, aquí la autoridad desgraciada o afortunadamente, tiene que respetar la ley, no se vale todo; en la guerra sí se vale todo, en la estrategia no se vale todo. La estrategia tiene que ser coordinada, cuidadosa y respetuosa de un orden legal porque si vamos a justificar a las instituciones que se salgan del orden legal, porque como el fenómeno está insostenible vamos a violar la ley, jamás podría estar de acuerdo.
Quiero cerrar este comentario diciéndoles que para nosotros la parte de la prevención es fundamental.
He decir un punto a favor entre las estrategias que este Gobierno Federal que concluye, que me parece digna de felicitar y de retomar, el rescate de espacios públicos es una tarea preventiva útil y que no podemos soslayar sus avances.
Fui alcalde de mi ciudad, y les puedo decir el beneficio que se puede tener, cómo puedes acabar con un foco de delincuencia común en una comunidad, donde rescatas un espacio público.
Curiosamente en el rescate de espacios públicos, si revisan el esquema en el estado de Hidalgo, había un lugar denominado “el socavón” –viejo socavón de una mina—que era un basurero, asqueroso, espantoso, horrible, apestoso, una cosa abominable.
En ese basurero público, arriba, vivía “el lazca”. Y curiosamente se hizo un ejercicio de rescate de espacio público con recursos del gobierno federal, estatal y municipal, donde ese socavón de minas se transformó en una unidad deportiva, y nunca se le volvió a ver a este personaje.
No es lo mismo entrar en las entrañas de un nido de ratas de un basurero que oculta a la delincuencia, que entrar a un lugar donde están las familias y una presencia rara se nota, por eso creo que ese es un tema fundamental en el que creo fue un buen planteamiento del gobierno federal; fue rescatado de las experiencias de Colombia, pero que aplicado a la realidad mexicana nos puede ser de mucha utilidad.
Pondría muchos ejemplos, pero el tiempo se acaba y su paciencia también, sólo quisiera decirles que me dio mucho gusto recibirlos.
Para nosotros será muy importante rescatar las experiencias de ustedes, porque si en verdad queremos hacer una lucha frontal contra este fenómeno, no podemos estar pensando en invertir en acciones reactivas.
Ustedes saben bien que por cada peso que invertimos en prevención, ahorramos ocho pesos en reacciones reactivas policíacas, así que valorándolo desde ese punto de vista, espero que quienes vayan a tomar las próximas decisiones en las nuevas políticas públicas que impulse este país, se encuentre el tema de la prevención como el tema fundamental o principal, en una estrategia que tenga como objetivo terminar con los altos índices de violencia y delincuencia.
Habiendo dicho lo anterior, es muy grato para mí, siendo las 11 horas con 20 minutos, declarar formalmente inaugurados los trabajos de esta Novena Reunión Nacional de Trabajo con Instancias de Prevención del Delito.
Enhorabuena, que sea por el bien de nuestras entidades federativas, que sea por el bien de nuestras instituciones, que sea por el bien de México.
Muchas gracias a todas y a todos.