Sen. Omar Fayad Meneses (03-04-13)

Intervención del Sen. Omar Fayad Meneses, para referirse al proyecto de decreto por el que se adicionan dos fracciones al Artículo 44 de la Ley Federal de Telecomunicaciones y se adiciona una fracción y se reforman las fracciones I y III al Artículo 86 ter de la Ley Federal de Protección al Consumidor, el miércoles 03 de Abril de 2013.

 

Muchas gracias presidente;

 

Buenos días compañeras y compañeros senadores:

 

Agradezco la oportunidad de presentar ante ustedes un tema que me parece fundamental en la vida cotidiana del país. Pero permítanme una reflexión previa.

 

El día de ayer se anuncia la presentación de la iniciativa en materia de telecomunicaciones que creo los mexicanos recibimos con enorme gusto, primero, por la apertura; segundo, por la voluntad política.

 

Quiero felicitar porque esta mañana he leído y escuchado las opiniones de los coordinadores de las fracciones parlamentarias en este Senado de la República, de mi coordinador Emilio Gamboa, del senador Barbosa, del señor presidente de la Mesa Directiva, senador Cordero, y los felicito y coincido con ellos.

 

Este es un tiempo de cambios, este es un tiempo de grandes transformaciones, este no es momento de decirle no a las cosas, sino con un sentido analítico y crítico revisarlas perfectamente bien para que el país pueda avanzar.

 

Al felicitarlos, me sumo a ellos. Me sumo a nuestros coordinadores parlamentarios en pro de lograr una gran reforma, una reforma de alto calado en materia de comunicaciones en este país, y que se puedan incluir absolutamente todos los rubros.

 

Aplaudo al Pacto por México. Aplaudo que hayamos encontrado los mexicanos un camino por la vía del acuerdo y la concertación para construir lo necesario en el andamiaje de un país deseoso de salir adelante.

 

Simplemente hoy traigo un apéndice muy pequeño que quiero pedirles que escuchen, revisen, y que sumado a la gran iniciativa en materia de telecomunicaciones pueda ser tomado en consideración, porque es una cosa muy sencilla, pero es una cosa de los ciudadanos, es una cosa que tiene que ver con las referencias que el pueblo nos hace respecto del trabajo y la labor de lo que debemos hacer, y ni más ni menos estoy hablando de las tarifas en materia de telefonía celular y la calidad del servicio de la telefonía celular.

 

Creo que van a coincidir conmigo que hoy en día somos un país que pagamos muy altas tarifas de telefonía celular con una calidad pésima, una calidad que deja mucho que desear y que los ciudadanos se cuestionan por qué alguien no hace algo para detener esas tarifas y detener ciertas condiciones leoninas con las que contratamos la telefonía celular.

 

Para darle solidez al argumento permítanme compartirles unos datos que me parecen a mí, muy interesantes.

 

De acuerdo a la COFETEL, en México existen 97.6 millones de suscriptores de telefonía celular hasta el año 2012, es decir, una penetración del 87 de cada 100 mexicanos, dispone de una línea de telefonía celular móvil.

 

Me parece un dato impresionante, porque hoy –esto era una cifra al 2012- de cada cinco mexicanos sólo uno no cuenta con una línea de telefonía celular móvil, o sea, cuatro de cada cinco mexicanos tienen un teléfono celular, y el esquema de prepago concentra el 86.6 por ciento, con 84.5 millones de usuarios, y el restante 13.5 corresponde a usuarios de pospago, o sea, aquellos que conocemos como el que hace un contrato para tener un servicio de la telefonía móvil.

 

Los servicios de datos registran un mayor crecimiento, por lo que los operadores móviles enfocan una estrategia comercial a la provisión de internet móvil de banda ancha a través de las terminales móviles, así como en las computadoras por medio de dispositivos extraíbles que todas y todos conocemos.

 

Claramente, y esto seguramente ustedes lo tienen así de preciso, la telefonía móvil ya dejó muy atrás a la telefonía fija, que tiene 20.1 millones de líneas, es decir, una teledensidad de 17.9, casi 18 líneas por cada 100 habitantes.

 

Ya estamos en la época en la que prácticamente se ha disminuido la telefonía fija, y ha tenido un crecimiento brutal la telefonía móvil.

 

No obstante, parece ser que el crecimiento acelerado de suscriptores en telefonía móvil, está teniendo un impacto muy negativo en la calidad de la propia telefonía, debido a que la inversión en mayor tecnología no va aparejada al crecimiento de la demanda o al potencial del mercado.

 

Clarísimo, la OCDE, según sus datos afirma: México fue el país que menos invirtió en materia de telecomunicaciones, sólo 25 dólares per cápita, cuando en países como Canadá o Dinamarca alcanza hasta los 350 dólares. Dato que me parece muy relevante para los análisis y para lo que tenemos que revisar en los próximos días en materia de la iniciativa sobre telecomunicaciones.

 

De acuerdo a la PROFECO, los usuarios de cuatro de las empresas de telefonía móvil, hay cinco, pero estos datos no incluyeron, no lo sé por qué a una, pero de cuatro de esas empresas de telefonía, padecieron en 2010, tres mil 500 millones de llamadas caídas o no completadas, que se tradujeron en miles de quejas que sirvieron de base incluso para ejercer cuatro acciones colectivas de demanda solicitando indemnizaciones y pago de daños y perjuicios.

 

Las quejas reflejan que hay una buena cantidad de fallas, lo cual implica que miles de usuarios de telefonía móvil están pagando por un servicio que no cumple con los estándares de calidad que supuestamente contrataron y que las empresas están obligadas a cumplir.

 

Esto no obstante, que de acuerdo con datos de la propia OCDE, los mexicanos pagamos algunas de las tarifas más caras de entre sus países asociados. México ocupa el tercer lugar entre países con tarifas de telefonía móvil más caras, las cuales por cierto son ocho veces más altas que las de países que registran las tarifas más bajas. Otro dato muy importante para que registren ahora que vamos a discutir la reforma en materia de comunicaciones.

 

En este contexto de afectación a los consumidores de la telefonía móvil, esta iniciativa, este granito de arena de un servidor, pretende buscar la forma de cómo fortalecer el marco legal para garantizar un derecho fundamental de los usuarios.

 

Ese derecho debe ser el de, dar por terminado los contratos de prestación de servicios cuando por voluntad propia consideren que no están satisfechos con el  mismo o simplemente ya no deseen continuar recibiendo ese servicio.

 

Esto es, me dan un mal servicio de teléfono, me puedo salir inmediatamente de esa compañía para que se pueda competencia entre ellas, y no estar obligados a los famosos plazos forzosos que están en contratos de adhesión leoninos, y que impiden que el ciudadano pueda defenderse ante la situación de la prestación de un muy mal servicio de telefonía celular.

 

Los contratos, 12, 24, 36 hasta 48 meses, con el pretexto de que ese periodo está sujeto de esa manera el suscriptor, en virtud de que le dieron un aparato nuevo, pero esto no te enteras hasta que el día que les quieres ir a cancelar por el mal servicio que te brindan las compañías de telefonía celular, y no estoy hablando de los distribuidores de las empresas.

 

Aquí en este país hay cinco grandes “carriers” que son las que llevan toda la telefonía celular, y los que hoy responden en el consumidor ante las quejas, son los distribuidores que nada tienen que ver en el servicio, porque ellos no son quienes brindan la posibilidad de tener la posibilidad de mejorarlo.

 

En suma, existe un mercado creciente; cada vez se presentan más quejas; hay una mala calidad, los servicios causan daños y perjuicios, pero a los cuales no pueden escapar por estar obligados a los contratos anuales o multianuales imposibles de cancelar sin el pago de penalización.

 

Para concluir, esta reforma toca la Ley de Telecomunicaciones pero también la del Consumidor.

 

Vamos a defender a la gente a la que nos debemos; vamos a exigir una telefonía de calidad a la altura del precio que pagamos porque se nos brinde; vamos a pedir un servicio de internet de calidad a la altura del servicio que pagamos cuando contratamos; vamos, en fin, a ponerle un alto a esta situación que tanto agravia a las y los mexicanos, y que muchos de ellos se han dado a la tarea de señalárnoslo, tanto pública como privadamente.

 

Es cuanto, señor presidente. Por su apoyo y su consideración ahora que vamos a ver la reforma, muchas gracias compañeras y compañeros senadores.

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