Intervención de la Sen. Mely Romero Celis, durante el dictamen a discusión respecto a la Ley General del Servicio Profesional Docente, el martes 03 de septiembre de 2013.
Muchas gracias presidente:
El Grupo Parlamentario del PRI refrenda en esta Tribuna, su más amplio reconocimiento a quienes son forjadores de esta nación, las y los maestros.
Con su vocación firme y permanente y su amor por educar, México tiene una ventana abierta a la transformación.
Transformación impulsada por nuestro presidente Peña, a quien no le tiembla la mano para promover iniciativas a favor de este país.
La aprobación de la Ley General del Servicio Profesional Docente es un paso fundamental para concluir la reforma educativa constitucional, y sentar las bases para que el Estado pueda garantizar una educación de calidad a nuestras niñas, niños y jóvenes.
La Ley que discutimos esta noche, la conocimos en su versión preliminar desde hace varios meses. Los senadores integrantes de la Comisión de Educación, así como muchos otros interesados en el tema.
Versión preliminar que fue enriquecida después del análisis y debate, no en una, sino en varias mesas de trabajo aquí en el Senado, en Cámara de Diputados, y en esas mesas de trabajo estuvieron presentes varios de los senadores que me han antecedido en el uso de la voz, de eso hay constancia.
Sólo después del trabajo de esas mesas, fue que el Presidente de la República presentó formalmente ante el Congreso de la Unión esta iniciativa de Ley.
Desde entonces, ha habido apertura, no sólo del Congreso, sino también del propio Ejecutivo federal, a través de la Secretaría de Gobernación.
Se han incorporado a la iniciativa aportaciones de legisladores, maestros, especialistas y de la sociedad civil, y nunca ha habido una negativa para dialogar con respeto y tolerancia con todos los interesados en el tema.
Sin embargo, me preocupa de sobremanera, la capacidad de algunos legisladores y actores públicos para desvirtuar el sentido de la Ley y confundir a la sociedad, a los padres de familia, y confundir a los mismos maestros, inculcándoles miedo, temor a lo que debe ser orugllo para nuestra nación.
México requiere una gran transformación en materia de educación para comenzar a ser competitivos a nivel internacional. Los resultados de evaluaciones así nos lo señalan.
No son culpables los maestros, ni las autoridades por completo, si acaso nuestro sistema educativo es el que está fallando. Por eso es tan necesaria esta transformación.
La Ley del Servicio Profesional Docente es una herramienta para lograr este gran objetivo, es una Ley que generará beneficios para los docentes de México, que trabajan a lo largo y ancho del territorio nacional.
Es espíritu de la reforma educativa que comenzó con esas modificaciones a la Constitución, es garantizar la calidad de la educación para niños y jóvenes. Ese, sólo ese debe ser el interés superior que debe prevalecer en este Senado de la República si queremos lograr que México ejerza todo su potencial ante el mundo, la educación es fundamental, en eso coincidimos todos.
La Ley del Servicio Profesional Docente establece criterios para la evaluación, sí, pero no como un mecanismo punitivo, sino como una herramienta para lograr la calidad educativa y el desarrollo permanente de los docentes; docentes que llevan a cabo su trabajo bajo contextos distintos, con dificultades, sin material didáctico, con escuelas austeras, sin tecnología, lo sabemos, pero precisamente esas limitantes y diferencias regionales que hay en México son las que considera de manera explícita la Ley del Servicio Profesional Docente, es decir, la Ley no es enemiga de los maestros, es la demanda de los buenos maestros.
No se dará de baja a ningún maestro que tenga la voluntad de propiciar su desarrollo y el de sus alumnos; ningún maestro que esté comprometido con este país verá afectado sus derechos laborales y humanos.
Tengo fe; tengo fe en que ellos están dispuestos a coadyuvar con la transformación de este país, que aspiran a estar mejor preparados y fortalecidos en sus capacidades para un mejor desempeño de su profesión.
Tengo fe que buscarán nuevas oportunidades que les serán entregadas como el conocimientos y su desempeño.
Sepan bien que los cientos y cientos de maestros recién titulados, que buscan una oportunidad para ejercer la profesión, ven una esperanza en la reforma educativa que establecerá criterios estrictamente académicos para el ingreso al sistema educativo, así es.
Por primera vez en México la educación tendrá como norma que se consideren perfiles, parámetros, indicadores para evaluar a aquellos que deseen ingresar a nuestro sistema educativo nacional.
No hay vuelta atrás, con la aprobación de esta Ley, México contará con un sistema ético, transparente, progresivo y meritocrático que tiende las condiciones de igualdad de oportunidades para que todos los docentes compitan de manera justa, sin tener que responder nunca más a criterios subjetivos, personales o corporativos ajenos a la educación.
Hoy la fracción parlamentaria del PRI votará con conciencia; votará por un mejor futuro; votará por nuestros niños, niñas y jóvenes; votará por México.
Muchas gracias presidente.