Sen. Lisbeth Hernández Lecona (18-04-13)

Intervención de la senadora de la República por el Partido Revolucionario Institucional, Lisbeth Hernández Lecona, para referirse a la iniciativa con proyecto de decreto por el que se reforma la fracción II del artículo 11 de la Ley General de Desarrollo Social, el jueves 18 de abril de 2013.

Gracias señor presidente;

Compañeras y compañeros senadores:

Es del conocimiento de todos que la pobreza describe un amplio rango de circunstancias asociadas con la dificultad al acceso y carencia de recursos para satisfacer las necesidades básicas, que inciden en un deterioro del nivel y calidad de vida de las personas. La pobreza es la escasez de recursos para vivir mínimamente con una alimentación necesaria para el desarrollo humano.

La pobreza es un término comparativo utilizado para describir una situación en la que se encuentra parte de una sociedad y que se percibe como la carencia o escasez de los bienes más elementales, como por ejemplo alimentos, vivienda, educación o asistencia sanitaria –salud- y agua potable, así como los medios para obtenerlo, por ejemplo la falta de empleo, nivel de ingresos muy bajo o carencia de estos. También puede ser el resultado de procesos de segregación social.

Se han propuesto distintas metodologías para medir la pobreza de los habitantes del planeta. Algunos utilizan indicadores de carácter pecuniario, como el Producto Interno Bruto, otros tienen en cuenta diferentes actividades de la vida cotidiana y otros aspectos educativos, como el analfabetismo.

Actualmente en el mundo existen mil 300 millones de personas que viven con menos de un dólar diario y cerca de tres mil millones, casi la mitad de la población mundial, con menos de dos dólares.

En cambio, en los países en desarrollo, como lo es México, existe un predominio de pobres y una minoría de ricos.

El desarrollo y superación de la pobreza es notorio a través de la participación social y en igualdad de oportunidades, hoy en día en México, existen pobres extremos, 11.7 millones de personas; pobres moderados, 52 millones; sin acceso a la alimentación, 28 millones de mexicanos, y 81 millones de personas con al menos una carencia social.

La pobreza en México tiene rostro de indígena, y es, de acuerdo con el mapa de la marginación de los pueblos indígenas, los que se encuentran sumidos en la miseria subsahariana, son ellos, como es el caso del estado de Chiapas, uno de los que tienen mayor población indígena en el país, ocupa el primer lugar de marginación nacional, al registrar un millón 581 mil personas en extrema pobreza.

En esa lista también se incluyen Oaxaca, Guerrero, Veracruz y Puebla, consideradas las entidades con mayor número de pueblos originarios.

Para Coneval, la desnutrición de niños indígenas es el doble que la del promedio nacional. Informes oficiales evidencian que en México hay 28 millones de personas que no tienen acceso a la alimentación. Casi una cuarta parte del país no tiene ni para comer.

Además, 35.8 millones de mexicanos carecen de servicios de salud y representan el 31.8 por ciento de la población. El rezago educativo en México lo padecen más de 23 millones de personas.

En el rubro de carencia en el acceso a la seguridad social, se encuentran 68.3 millones de mexicanos.

El acceso a los servicios básicos de la vivienda está limitado para 18.5 millones de mexicanos.

Según el Coneval, los registros oficiales en 2008 eran de 21.1 millones de personas. En tanto, la carencia en el acceso a la calidad y espacios de la vivienda, la padecen 17.1 millones de mexicanos.

Compañeras senadoras y senadores, es necesario revitalizar el rol de la participación social en la superación de la pobreza y establecer criterios mínimos para una participación inclusiva y eficaz.

Las políticas sociales, implementadas por los gobiernos democráticos, han constituido un paso adelante a nivel de estrategia social respecto de lo realizado en los años 80. Los programas sociales durante la década pasada, comenzaron a definir bajo nuevos términos, las relaciones entre los ciudadanos y el Estado, al favorecer la creación de nuevos espacios de participación.

Concluyo con lo siguiente: es pertinente el posibilitar a todos los ciudadanos y ciudadanas la mayor igualdad de oportunidades y reducir la desigualdad en el acceso a los bienes y servicios, lograr una mayor igualdad de oportunidades, también es un objetivo de amplia aceptación social, porque se refiere a conceptos básicos de equidad, que deben estar todos asegurados, mexicanas y mexicanos, a un punto de partida similar a la de los demás, compensando así las diferencias que se generan por el nivel socioeconómico de las personas desde su nacimiento, garantizando iguales oportunidades a todos, en el acceso a los puestos de trabajo y demás posiciones de la estructura social y sobre todo reducir la desigualdad en el acceso a los bienes y servicios de consumo diario.

Por lo antes expuesto y fundado, someto a la consideración de esta Honorable Asamblea el siguiente proyecto de decreto, artículo primero, se reforma el artículo 11 fracción II de la Ley General de Desarrollo Social, para quedar como sigue: Artículo 11, la política nacional de desarrollo social tiene los siguientes objetivos:

Fracción segunda, promover un desarrollo con sentido social que propicie y conserve el empleo, eleve el nivel de ingreso y mejore su distribución, para alcanzar el desarrollo y superación de la pobreza mediante la participación social en igualdad de oportunidades.

Es cuanto, señor presidente.

Agradezco a mis compañeras Angélica del Rosario Araujo Lara, Hilda Estela Flores, Ivonne Liliana Álvarez García, Juana Leticia Herrera Ale, Lilia Guadalupe Merodio Reza, Margarita Flores Sánchez, Ma. del Rocío Pineda Gochi y Mely Romero Celis.

Muchas gracias.
 

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