Sen. Jesús Casillas Romero (23-10-12)

INTERVENCIÓN DEL SENADOR JESÚS CASILLAS ROMERO.
23 de octubre de 2012.

Formando sindicatos, asociaciones profesionales, dentro de sus respectivos  intereses se encuentra la autonomía sindical, conquista histórica irrebatible de la clase obrera de nuestro país que ahora está salvaguardada en nuestra Ley Suprema.

En el Artículo 371 a que se hace referencia, no sólo violenta la constitución, también transgrede los convenios internacionales que México ha suscrito.

Reiteró que el Convenio 87 de la OIT sobre la libertad sindical y el derecho de sindicación en su artículo 3º establece que las organizaciones de trabajadores y empleadores tienen derecho a redactar sus estatutos y reglamentos administrativos, el de elegir libremente a sus representantes, el de organizar su administración y sus actividades. Después puntualiza que las autoridades públicas deberán abstenerse de toda intervención que tienda a limitar este derecho o a entorpecer su ejercicio legal.

En el mundo entero es inaceptable cualquier método que limite al ciudadano, el sustento de esta doctrina social otorga a los sindicatos la calidad de promotores de la lucha por la justicia social, por los derechos de los hombres y las mujeres al ejercicio de su trabajo, de su profesión y de la oportunidad de buscar, por medio de estos, mejorar las condiciones de vida de sus familias.

El sindicato, es por excelencia la forma de asociación de los trabajadores por la vía de la colaboración, de la capacitación, de la generación de un sentido de pertenencia respecto a la gestión pública.

Cuantos ejemplos tenemos del trabajo sindical, ha quedado documentado en la historia de nuestro país que la participación de las organizaciones sindicales en la solventación de los problemas laborales, en la sensibilización de la autoridad frente a la importancia de generar en los entes de gobierno, un sano ambiente de trabajo con iras al crecimiento de la productividad.

Estamos entonces frente al proyecto que reforma y adiciona la Ley Federal del trabajo que sin duda permitirá desde este marco general, fortalecer la responsabilidad del Estado en  la generación de empleos, en elevar los niveles de productividad y competitividad, en la transparencia y rendición de cuentas, en la capacitación a los trabajadores, en las oportunidades para los jóvenes y las mujeres en temas tan relevantes como la seguridad e higiene y todo ello, en esquemas establecidos por la OIT.

Quienes representamos a la bancada del PRI, nos sumamos a una reforma laboral que ha venido construyéndose desde hace muchos años en México, a una reforma laboral que responde a una dinámica social que vivimos y que le da justa estatura a lo que por mandato constitucional significa que todos y cada uno de los mexicanos tengan acceso a un trabajo digno y provean a sus familias de lo básico y lo justo.

Sin embargo, el motivo de importancia es que no se vulnere la autonomía y democracia sindical, que no se irrumpa en la independencia de los sindicatos y aclaro, esto no implica que leyes secundarias regulen el funcionamiento de estas organizaciones. Sería una contradicción que defendiendo los derechos de los trabajadores, se votara por la opacidad en el trabajo de los sindicatos.

No es el caso, no hay temor a transparencia ni a la rendición de cuentas, no hay temor a que se aplique con todo el rigor de la ley cuando se trate de organizaciones sindicales que falten a su objetivo fundamental que es, proteger los derechos de los trabajadores.

A quienes movidos por ambiciones personales, utilicen las figuras de los sindicatos para intereses personales, a esos, a esos que se les castigue pero no nos confundamos, los sindicatos, sus atribuciones, los esquemas de transparencia y rendición de cuentas en la aplicación de los recursos, ya se contemplan en nuestro Estado de Derecho.

Seamos cuidadosos entonces, de no restarles autonomía a estas organizaciones e inhibir el derecho del trabajador a asociarse y a buscar su legítima representación a través de las mismas.

Las instituciones sindicales y su autonomía, que permanezcan y el respeto a la ley que prevalezca.