Intervención de la Sen. Hilda Esthela Flores Escalera, para referirse a la proposición con punto de acuerdo en materia de derecho al trabajo sin discriminación, el martes 19 de Marzo de 2013.
Con su permiso señor presidente;
Estimadas senadoras y senadores:
De acuerdo al reporte sobre la Discriminación 2012, realizado por el Conapred, los derechos laborales tienden a desvanecerse cuando la maternidad es proyecto, aspiración o realidad, pues es una constante que el embarazo sea una razón más para la discriminación laboral en contra de las mujeres.
Lo anterior, en virtud de que el costo de un embarazo recae en el empleador, pues tiene la obligación legal de pagar el salario íntegro durante cerca de tres meses a una mujer que llega embarazada a ocupar un trabajo.
Así, señala el mencionado reporte, al vincular trabajo y embarazo, es común encontrar prácticas dis¬criminatorias que acentúan la situación de vulnerabilidad que padecen las mujeres, tales como el condicionamiento de la plaza laboral a la realización de pruebas de embarazo, que se constituye como una de las principales quejas que se presentan ante el Conapred.
Por otro lado, de acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo, 23 millones de personas de los 36.1 millones que padecen VIH tienen entre 15 y 49 años de edad, encontrándose en el momento de mayor rendimiento de su vida productiva, y presentando, entre otros, la siguiente problemática:
La discriminación laboral se recrudece especialmente cuando se utiliza la cuestión del VIH/SIDA para impedir el acceso a los trabajos o al ascenso en ellos.
El trabajo infantil en las sociedades con mayor propagación del VIH/SIDA, aumenta, debido a que los adultos infectados con esta enfermedad no pueden trabajar o conseguir trabajo.
Por su parte, el reporte en mención establece que la discriminación en el trabajo contra las personas que tienen VIH/SIDA puede manifestarse de muchas formas, siendo habitual la realización de pruebas forzosas de detección que derivan en una negativa de contratación o en despido injustificado o descenso a puestos que requieren menos experiencia.
En este sentido, menciona el reporte, en el mundo laboral la discriminación contra los trabajadores que padecen VIH/SIDA puede provenir tanto de los colegas, clientes y proveedores de servicios, como de los empleadores, además de que el temor, la ignorancia y los prejuicios que rodean a la enfermedad, constituyen la esencia de la discriminación en el trabajo.
Senadoras y senadores, ante estos escenarios es innegable que debemos insistir y pronunciarnos sobre las prácticas que se realizan actualmente y generan discriminación, pues resulta alarmante que aún nos encontremos con cifras y testimonios de personas que por alguna cuestión de salud o embarazo no pueden acceder en igualdad de condiciones a su derecho al trabajo.
En virtud de ello, nos permitimos exhortar a los Poderes de la Unión y a los órganos constitucionales, así como los organismos autónomos por ley, a los de las entidades federativas y municipios, para que impulsen las acciones necesarias, a fin de eliminar la práctica de solicitar pruebas de no gravidez y de detección del VIH/SIDA para el ingreso, permanencia, promoción laboral, y en general, para todas las etapas que conforman la relación laboral, con la finalidad de garantizar plenamente el derecho que toda persona tiene al trabajo y a la no discriminación, de acuerdo con lo dispuesto en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y en los tratados internacionales de Derechos Humanos, de los que México es parte.
Agradezco mucho su atención y quiero decirles que esta proposición con punto de acuerdo la presento junto con mis compañeras María Cristina Díaz Salazar, Angélica del Rosario Araujo Lara, Lisbeth Hernández Lecona, Margarita Flores Sánchez, Lilia Guadalupe Merodio Reza, Diva Hadamira Gastélum Bajo y Claudia Artemiza Pavlovich Arellano, todas ellas del Grupo Parlamentario del PRI.
Muchas gracias.