Intervención de la Sen. Hilda Esthela Flores Escalera, presidenta de la Comisión de Atención a Grupos Vulnerables, sobre el Día Internacional de las Personas con Discapacidad.
4 de diciembre de 2012.
Con su venia, senador presidente;
Compañeras y compañeros senadores;
Estimados medallistas paralímpicos que hoy engalanan este recinto:
Una de cada tres personas en el país considera que no se respetan los derechos de las personas con discapacidad.
Se observa que en México nueve por ciento de la población entre 12 y 17 años, no está dispuesta a permitir que personas con discapacidad vivan con ellos.
Entre las personas más pobres del mundo, una de cada cinco es una persona con discapacidad.
De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo, cerca del 60 por ciento del total de las personas con discapacidad, en edad de trabajar, están desempleadas.
En nuestro país la tasa de participación económica en la población con discapacidad, es sólo de 25 por ciento.
Estas cifras de la Encuesta Nacional sobre Discriminación 2010 y de la ONU, nos dejan en claro la gran cantidad de obstáculos y barreras a las que se enfrentan las personas con discapacidad en nuestro país y en el mundo.
Barreras --más que arquitectónicas-- sociales, que son las más difíciles de superar y las que verdaderamente hacen una segregación entre la sociedad; que van desde la terminología empleada para referirnos a las personas con discapacidad, pues hasta el 18 de diciembre del 2007, la Asamblea General de las Naciones Unidas decidió cambiar de nombre la celebración del día 3 de diciembre, en ese entonces llamado “Día Internacional de lo Impedidos”, por el “Día Internacional de las Personas con Discapacidad”.
Y en nuestro país aún se sigue escuchando y leyendo con frecuencia, inclusive en diversas leyes, que se refieren a las personas con discapacidad como inválidos, discapacitados, personas con capacidades diferentes o cualquier otra que se aleja del principio básico del respeto mínimo que tiene toda persona que inicia con la forma en que nos referimos.
Lo anterior deja de manifiesto la existencia de pendientes que aún tenemos en el Estado Mexicano, no sólo desde la vía normativa, sino de los esfuerzos encaminados a generar un verdadero cambio de cultura, que garantice a todos ser tratados por igual.
De acuerdo con el informe inicial de México, en torno a la aplicación de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, publicado en 2011, el Estado Mexicano tiene una serie de pendientes en este rubro, entre los cuales destacan crear las condiciones necesarias para la plena instrumentación de un programa nacional en materia de discapacidad, que sea rector de las políticas y estrategias de la administración pública federal, para contribuir a la inclusión y la igualdad de oportunidades de las personas con discapacidad.
Asimismo, es necesario lograr que las medidas que se adopten partan de una comprensión cabal de la perspectiva de la discapacidad, superando el enfoque asistencialista en la política pública, a través del reconocimiento de las personas con discapacidad como sujetos de derechos.
Otro de los grandes pendientes es la construcción de un modelo social de inclusión, que garantice el ejercicio de derechos y la plena participación de las personas con discapacidad, y la implementación de un modelo de acceso a la justicia que apoye la expresión de su voluntad.
De igual manera, se requiere concluir el desarrollo del sistema de accesibilidad sobre inmuebles, lo cual permitirá el seguimiento y la evaluación de las condiciones de accesibilidad de los inmuebles de las dependencias gubernamentales.
También es necesaria una profundización de las metodologías para prevenir la discriminación múltiple, así como para lograr su inclusión laboral y promover la educación inclusiva.
Finalmente, como otro punto medular, se establece la necesidad de realizar la armonización legislativa, que sea transversal a todas las materias y promueva la integración de los derechos de las personas con discapacidad en todos los ámbitos de la vida; sin embargo, aún con ello, observamos día a día cómo las personas con discapacidad nos dan ejemplos de vida, perseverancia y éxito, al demostrarnos que las barreras y las limitaciones son únicamente las que cada quien se pone.
Ejemplo claro de ello lo tenemos con nuestros deportistas paralímpicos, medallistas, que nos han estado acompañando el día de hoy en el Senado de la República, y que a través de la historia nos han llenado de orgullo poniendo en lo más alto el nombre de México.
Enhorabuena por su esfuerzo, por su dedicación, liderazgo y pasión que le imprimen a todo lo que hacen. Nos dan ejemplo, todos los días, de que sí se puede.
Por todo lo anterior, teniendo claro que nuestro reconocimiento es diario y refrendando nuestro compromiso para legislar y armonizar todos los derechos --sus derechos-- en el marco jurídico nacional, sirva el día de hoy --marco Conmemorativo del Día Internacional de las Personas con Discapacidad-- como ocasión para reconocer públicamente a todas las personas con discapacidad --en esta máxima tribuna-- y agradecerles el impulso y ejemplo que día a día con sus acciones --al cambio de cultura-- nos dan, que nos invita a ser más conscientes y sensibles para que un día no muy lejano no necesitemos de normas o disposiciones especiales, y que unos y otros nos tratemos por igual.
¡Enhorabuena, y siempre orgullosos de ustedes!
Muchas gracias.