Intervención de la Sen. Diva Hadamira Gastélum Bajo, para referirse al punto de acuerdo por el que se establece el día 27 de febrero como el Día Nacional por la Inclusión Laboral, el martes 12 de Febrero de 2013
Vengo a esta Tribuna a presentar este punto de acuerdo que tiene una serie de exposiciones de motivos que reflejan la necesidad de visibilizar una fecha con la importancia que tiene el tema.
Ustedes recordarán que en México, en el año 2000, se establecieron y firmaron los Objetivos del Milenio, y uno de los Objetivos del Milenio, consideramos uno de los de mayor importancia, es la igualdad laboral.
El antecedente que tenemos en nuestro país es grave, por la falta de posibilidad de empleo que tienen sectores importantes de la sociedad.
Si hablamos de mujeres, pudiéramos hablar que ha sido un gran debate el tema de cómo la mujer accede al empleo, la manera de cómo se selecciona, cómo se le otorga la posibilidad de empleo, a qué nivel se le otorga y los sueldos, que a igual empleo no es igual salario en relación al otro género.
Pero si nos vamos al tema de la discapacidad, aún es mayor el problema de sectores minoritarios como el de discapacidad, de sexoservidoras, de otros grupos que también han padecido el problema de la exclusión laboral.
Nosotros consideramos que no es suficiente que México suscriba los Objetivos del Milenio, sino que cumpla con dichos objetivos del desarrollo, que no ha logrado.
Por eso, señor presidente, he presentado este punto de acuerdo de urgente y obvia resolución, a propósito de que se pueda establecer el 27 de febrero como el Día de la Inclusión Laboral, como una muestra clara de nuestro país a cumplir con estos objetivos, y como un testimonio de la discriminación que todavía se tiene en materia laboral sin alcanzar la igualdad que tanto hemos pregonado.
Por eso, este punto de acuerdo dice de la manera siguiente: se establece el día 27 de febrero como el Día Nacional de la Inclusión Nacional, a efecto de reconocer la modernidad de la legislación mexicana, en cuanto a las oportunidades laborales, así como reconocer que todos y todas y cada una y cada uno de los mexicanos, sin importar el origen étnico, género, enfermedad, preferencia sexual y demás circunstancias que pudieran situarlo en situación de vulnerabilidad, sea el impedimento para tener acceso a un trabajo digno y/o decente, respetando en todo momento los derechos humanos y así poder seguir con el cumplimiento de los objetivos del Desarrollo del Milenio, suscritos por nuestro país.
Es todo, señor presidente