Intervención del Sen. David Penchyna Grub, durante la discusión de la proposición con punto de acuerdo respecto a garantizar eficazmente al derecho a la alimentación, durante los trabajos de la Comisión Permanente, el miércoles 08 de mayo de 2013.
Muchas gracias presidente;
Compañeras y compañeros legisladores;
Bienvenidos señores y señoras diputados a esta sede del Senado de la República, de esta Comisión Política Permanente:
Nosotros subimos para fijar nuestra posición a favor del punto de acuerdo que ha promovido la senadora Dolores Padierna, en su numeral dos y en el numeral cuarto que está publicado en la Gaceta Parlamentaria, referente al exhorto que se realice a la Secretaría de Economía y a la Procuraduría Federal del Consumidor, para reforzar y realizar acciones en beneficio de la economía popular.
No conozco y creo que no sería honesto que existiera fuerza política alguna en este país o en otras latitudes, que no busque el beneficio de la gente. Tenemos diferentes visiones de cómo combatir los fenómenos que está viviendo la economía mexicana en el marco de una economía global, y con todo respeto pues, las recetas mágicas no existen, y a lo mejor hay quien desea y yo lo desearía con mayor efervescencia el que los problemas estructurales de nuestra economía, de nuestra pobreza, de nuestra desigual distribución del ingreso, se resolvieran con discursos, con manifiestos políticos o con denuncias no de este tiempo, de mucho tiempo atrás.
Lo que creo es que lo que tenemos que reconocer es que los problemas estructurales no se resuelven sólo con llamados de atención, o con lecturas parciales de diferentes informes financieros de lo que hoy está ocurriendo en México.
Bien decía la señora senadora Dolores Padierna, se acaba de presentar un informe de finanzas públicas; un informe de finanzas públicas que hay que leer, con todo respeto, de forma integral.
Se dice aquí que hay recorte a las participaciones. Las participaciones no se recortan. Las participaciones son objeto de una fórmula de la recaudación federal participable y ante el descenso de los ingresos, gracias a Dios, este país ya legisló para que la aplicación de esos descensos de ingresos se haga con responsabilidad, con base en fórmulas establecidas, no en esta administración, en más de cuatro administraciones aplicadas por diferentes partidos políticos.
¿Qué quiero decir con ello? Tengo la claridad y podría traer aquí muchas pruebas del trabajo que está desempañando hoy el secretario de Economía, la Secretaría que encabeza, la Profeco, Agricultura.
Simplemente tomo un detalle de las palabras, respetuosamente, de la diputada Zavala. Qué bueno que hoy hay una preocupación excelsa por el hambre de México, pero por favor también reconozcamos que traer información segmentada no nos va a llevar a resolver los problemas.
El programa del combate al hambre, es una política transversal que toca más de ocho secretarías de Estado, cosa que no ocurría antes.
Podemos discutir a qué zonas y a qué zonas no ha entrado y debe entrar. Pero tampoco hagamos debates generalizados porque las verdades a medias suelen convertirse en mentiras completas.
Una cosa es la pobreza urbana, señora diputada, y otra cosa es la pobreza rural. De hecho me parece un desatino de las últimas políticas públicas en materia social, el que se dedicaron a copiar programas diseñados para pobreza rural, que trasladaron a la pobreza urbana, y la pobreza urbana es más dramática, porque la pobreza urbana tiene un proceso de desigualdad que degrada a la persona, y ese es un fenómeno de la transformación de una sociedad mexicana que pasó de una sociedad rural en los últimos 30 años, a una sociedad proclive al urbanismo.
Podemos discutir mucho, seguramente lo vamos a hacer. Hoy nos sumamos al punto de acuerdo porque buscar reforzar las políticas públicas, incrementar la inteligencia de este país plural con la expresión de todos sus legisladores, en llamar la atención de la Profeco y de la Secretaría de Economía para buscar mejores alternativas a un problema de pobreza, de desigualdad, de fallas estructurales de una economía global que ha encarecido el precio de los alimentos, a partir de una evolución de los energéticos, es algo prudente y oportuno hacerlo.
Es prudente y oportuno también señalar que aquí somos legisladores, y que al contener la representación política de una sociedad, tenemos la obligación de buscar cualquier fórmula para mejorar no el éxito de una administración, para mejorar este país.
Esa, amigas y amigos, más allá de sus diferencias internas, es la esencia del Pacto por México, y es la esencia de un discurso integral que nos merecemos porque nos debemos respetar a nosotros mismos.
Venir a hacer debates parciales con la intención sana y democrática de llevar popularidad a nuestros seguidores partidarios, me parece un discurso inacabado que no le ayuda a México.
A mí me parece que el discurso acabado es lo que ya señalaba en algunos trazos el discurso de Ríos Piter.
Hoy podemos discutir una reforma financiera que necesita el país, ¿pero para qué la necesita? La necesita para una fórmula y un objetivo que nos debemos de fijar todos, que es buscar más y mejores empleos. Es llevar a acceder a aquellos que no tienen hoy crédito y que antes, a mí, por ejemplo, me criticaban que decía que la banca de desarrollo no sirve, y hoy todo mundo sabe que no sirve, y decían: no, la banca de desarrollo va bien. No.
No seamos, no hagamos discursos de coyuntura cuando nos toca el poder y cuando no nos toca. Si el problema es tan de fondo, entrémosle de fondo al asunto.
Si la reforma financiera tiene ese objetivo, revisémosla en sus méritos, y veamos como Poder Legislativo qué le podemos agregar a esa reforma financiera para que las clases más amoladas de este país puedan acceder al crédito e incursionen en actividades productivas y construyamos la medicina que necesita este país, que es la generación de empleos.
Ningún programa social, todos los sabemos, aquí hay hombres que han sido gobernadores, senadores, que ahora son diputados o hemos sido diputados otros, alcaldes, y todos ya sabemos que con discursos, con llamados a misa, con expresiones de subsidiar las actividades productivas que acaban por subsidiar, como en el caso de las gasolinas al que más tiene y menos al que menos tiene, este país no ha salido de la pobreza.
Y eso es lo que busca Enrique Peña Nieto. Por eso sin mezquindad acompañamos este punto de acuerdo, porque estamos seguros que en la construcción de las ideas, más una agenda que ha retomado el rumbo en una construcción de acuerdos que es el Pacto por México, juntos tenemos la obligación de encontrar la salida para que este país sea mejor, no sólo para que no tenga hambre, sino para que impulse el esfuerzo de lo que dignifica al hombre que es el empleo y el trabajo, sí con una reforma financiera.
Para que seamos competitivos hagamos mejor oferta energética a partir de una reforma energética que construyamos juntos. Para que sin mezquindad y sin apostarle a ganar el poder al otro para que el otro lo haga mal y llegue yo, construyamos la realidad de un país que puede ser mejor.
Este Poder Legislativo lo ha demostrado, no seamos mezquinos, se pueden criticar las reformas aprobadas. Estamos hablando de hace seis meses de una reforma laboral; de hace menos de cuatro de una reforma educativa; de una Ley de Transparencia que está discutiéndose en la Cámara de Diputados o de una reforma constitucional a un tema que decían que no le íbamos a entrar, como es el tema de las telecomunicaciones, y todo eso es para lograr el mismo objetivo: que nuestro país viva mejor, que tenga más empleos, que haya mejor distribución de la riqueza.
No se va a acabar con medidas coyunturales o con estudios y lecturas parciales. Esto abona y por eso el PRI va a favor.
Reconocemos el trabajo del secretario de Economía y del Procurador de la Profeco, y queremos que sea su trabajo el que está haciendo y que sea mejor, y estoy seguro que en la respuesta que nos harán esas dependencias, encontraremos la oportunidad de que con profesionalismo y sin demagogia, logremos un mejor país.
Muchísimas gracias.