Intervención de la Sen. Blanca Alcalá Ruíz, sobre el Dictamen de las comisiones unidas de Educación, y de Estudios Legislativos, con Proyecto de Decreto por el que se reforman y adicionan diversas disposiciones de la Ley General de Educación, en materia de obligatoriedad de la educación media superior, en la sesión ordinaria del jueves 20 de diciembre de 2012.
Señoras y señores senadores:
Quisiera primero reconocer al presidente de la Comisión de Educación y al resto de sus integrantes, por haberme permitido impulsar esta iniciativa que hoy sometemos a la aprobación de este Pleno.
Decirles que sin duda, como aquí ya se ha señalado, se trata de un tema por demás importante. Hablar de la educación, pero además hacerlo en relación con un sector de la población, como es el caso de los jóvenes, en donde definitivamente todas y todos necesitamos abordar y atender de manera puntual.
Sin duda, en este caso, algunos de los datos nos señalan que parte de la problemática que existe para la educación media superior en nuestro país, tiene que ver con que alrededor de 2 millones de jóvenes entre los 16 y los 18 años de edad, hoy se encuentran fuera de la educación media superior.
En muchas de las ocasiones, resultado de la propia deserción escolar en la que a lo largo de la vida, sobre todo en la educación primaria, simplemente no concluyen la escuela; en otras, derivado del costo de oportunidad en el que cientos y miles de jóvenes tienen que enfrentar para poder incorporarse al mercado laboral informal desde edades tempranas. En otras más, derivado también de la imposibilidad que tienen al poder incorporarse al propio sistema escolarizado.
Es importante reconocer los esfuerzos que a través de las distintas legislaturas se han venido realizando, sobre todo de manera reciente. En ello destaco lo que implicó legislar para nuevamente asumir la responsabilidad del Estado mexicano para garantizar este nivel de educación entre los jóvenes mexicanos; sin embargo, compañeras y compañeros, me parece que todavía se necesita ir perfeccionando la norma.
Hoy por hoy encontramos que en el caso de la educación básica, a pesar de los esfuerzos locales que existen, estos son dispersos; los planes y programas en los más de los 15 mil planteles, pueden llegar a ser hasta 200 distintos, y en el momento en que un muchacho desea volver a incorporarse después de haberlo dejado, prácticamente resulta imposible.
Si bien es cierto que la norma programática autorizada por un lado prevé que hacia el 2022 puede efectivamente lograrse la cobertura total, necesitamos que a lo largo de estos años hagamos no solamente deseable, sino posible la propia incorporación que vayan teniendo en los distintos momentos y regiones.
Por ello, la iniciativa que hoy ponemos a consideración de esta soberanía y que aborda distintos artículos de la propia Ley General de Educación: el 3, 4, 9, 37, 65 y el 67, buscan primero poder coordinar entre los distintos órdenes de gobierno, lo que implica la educación media superior.
Segundo, poder plantear un marco curricular común, que permita si bien es cierto el respeto al federalismo, a la autonomía universitaria, a la diversidad educativa, poder lograr un perfil del egresado de la educación media superior.
Y por último, por supuesto, lograr la integración y correspondencia entre todos los subsistemas que existen en nuestro país.
Atender a los jóvenes, que cuando concluyan la educación media superior, estará cumpliendo 18 años y habremos de tener, entonces, ciudadanos que puedan incorporarse al ejercicio pleno de los derechos en nuestro país.
Compañeras y compañeros senadores: quiero simplemente distraer unos minutos de su atención, de los otros temas que sin duda son importantes en nuestra agenda legislativa, para pedir su voto a favor del dictamen que hoy está sometiendo la Comisión de Educación, y por supuesto la Comisión de Estudios Legislativos, y que forma parte del esfuerzo que estoy segura todas y cada uno de nosotros, al recorrer los espacios de nuestras entidades, en más de una ocasión nos encontramos con jóvenes que deseaban concluir el bachillerato, con escuelas que requerían ser atendidas y con el esfuerzo que demanda de todas y todos para hacerlos una realidad.
Es cuanto, señor presidente. Y confío en el voto mayoritario de esta soberanía.
Muchas gracias.