Intervención del Sen. Alejandro Tello Cristerna, para referirse al proyecto de decreto que reforma el párrafo cuarto del Artículo 28 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el miércoles 20 de Marzo de 2013.
Con su permiso señor presidente:
Hoy por hoy la ciencia, la tecnología y la innovación, juegan un papel fundamental en el crecimiento económico de cualquier país, así como en el mejoramiento de la calidad de vida de todos sus habitantes.
Estas áreas son motores del desarrollo integral, generan empleo y bienestar, ayudan a reducir la pobreza, a mejorar la educación, la salud, la alimentación y el comercio, y son indispensables para la construcción de nuevas capacidades esenciales acordes a una modernidad de la que no podemos quedar al margen.
Queremos un México donde el desarrollo económico se base en el conocimiento y en la preservación del medio ambiente.
Queremos un país con un perfil productivo, donde destaquen capacidades tecnológicas en sectores estratégicos como el agua, la energía, la biotecnología, la nanotecnología, por mencionar sólo algunas, así como en sectores que atienden necesidades básicas de la población.
Necesitamos una dinámica innovadora, una sociedad donde predominen los empleos bien remunerados, se satisfagan las necesidades básicas de alimentación, salud, educación, vivienda, y se integren las potencialidades de nuestra diversidad cultural.
¿Qué necesitamos para lograrlo? Para alcanzar esta visión de país se requiere una política de Estado en ciencia, tecnología e innovación.
No podemos continuar con estrategias de corto plazo. Las capacidades de ciencia, tecnología e innovación son acumulativas, se basan en procesos de aprendizajes individuales y colectivos y fortalecen a lo largo de tiempo.
Sólo con una visión y enfoque dinámico y un horizonte trazado a largo plazo, será posible construir un perfil radicalmente distinto para nuestro país.
A partir de la reforma constitucional de 1983, se definieron puntualmente en el Artículo 28 Constitucional, las áreas de la economía calificadas como estratégicas y prioritarias.
De acuerdo al Artículo 25 de nuestra misma Carta Magna, y en esas encontramos los correos, los telégrafos, petróleo y los demás hidrocarburos, petroquímica básica, minerales radioactivos y generación de energía nuclear, electricidad, las funciones de acuñación de moneda y emisión de billete, así como las actividades que señalen las leyes que expresamente expida el Congreso de la Unión.
Desde la reforma constitucional del 95, la comunicación vía satélite, los ferrocarriles dejaron de ser regulados como áreas estratégicas y se consideraron áreas prioritarias para el desarrollo nacional.
En el Pacto por México, el Presidente de la República y las principales fuerzas políticas del país, acordamos promover el desarrollo a través de la ciencia, la tecnología y la innovación, comprometiéndonos a establecer las bases necesarias para que México, además de ser una potencia manufacturera, se convierta en una economía del conocimiento.
El conocimiento científico es uno de los activos más valiosos con los que cuenta un país, y dadas las condiciones del entorno económico actual, es menester que nuestra Carta Magna no sólo promueve el apoyo a la ciencia y a la tecnología, sino que considere el fomento e inversión en esas actividades, juntos con la innovación, como áreas prioritarias para el desarrollo nacional.
Las ideas sólo pueden ser innovaciones cuando se implementan como nuevos productos, servicios o procedimientos.
Por lo anteriormente expuesto, la presente iniciativa propone reformar el Artículo 28 de nuestra Constitución Política con el fin de que el Estado considere como áreas prioritarias del desarrollo, la inversión y el fortalecimiento permanente y sostenido de las actividades científicas, tecnológicas y de innovación, con el único objetivo de contribuir al desarrollo económico del país y elevar la competitividad y promover la formación y capacitación del capital humano especializado.
Compañeros senadores, de aprobarse la presente iniciativa, estaríamos sentando las bases para el diseño y la implementación de una política de Estado, la cual nos permitirá vincular de manera directa a la ciencia y a la tecnología, con la innovación y el desarrollo de este país.
Es cuanto señor presidente.